La Policía Nacional ha detenido a nueve personas en Ferrol y su entorno, como supuestos autores de delitos de trata de seres humanos, prostitución y contra la salud pública. En el marco de esta operación, fueron liberadas siete personas, entre ellas un joven menor de edad "que era utilizado para cometer hechos delictivos". Según ha informado la Policía Nacional, la detención se produjo el pasado 5 de octubre, si bien la investigación policial se inició en el mes de enero de este año, cuando se detectó la introducción de personas en España, concretamente en la zona de Ferrolterra, para el ejercicio coactivo de la prostitución.
La actividad la desarrollaba una organización dirigida por una mujer, que contaba con varios pisos de "citas" donde las víctimas tenían que ejercer la prostitución para saldar la deuda contraída, "cambiando los lugares de explotación sexual con cierta periodicidad para evitar su identificación por las fuerzas de seguridad".
La organización liderada por la mujer contactaba en Colombia con personas en situación de gran vulnerabilidad y necesidad económica, ofreciéndoles la posibilidad de entrada en España. Las víctimas eran captadas en entornos humildes y en situación de precariedad, procedentes de barrios desfavorecidos de Colombia, describiendo sus captores "un futuro idílico en España, garantizándoles que ganarían mucho dinero y haciéndoles creer que sus familias en Colombia saldrían adelante gracias a sus ingresos".
De los ingresos que obtenían por los servicios sexuales que realizaban, el 50 por ciento era cobrado por los encargados del piso y el otro 50 por ciento se destinaba a saldar la deuda inicial contraída. A pesar de generar grandes ingresos económicos, las víctimas tenían que subsistir con pequeñas cantidades económicas que los proxenetas entregaban para su manutención. Además de la variedad de servicios sexuales prestados en los diferentes pisos, estas personas, eran "obligadas a ofrecer cocaína a sus clientes, así como a ser consumidoras de dichas sustancias".
La organización, para la distribución de la droga, contaba con dos viviendas en la localidad de Cedeira, donde además del suministro de sustancias estupefacientes a los pisos de citas, se realizaban transacciones a consumidores de la zona y otros clientes que se desplazaban desde diversas localidades gallegas.
En los registros realizados en dichas viviendas se intervino cocaína, heroína, pastillas de Viagra, dinero en efectivo, y todo el instrumental necesario para la realización de las papelinas.