Los vecinos del centro viven con preocupación la entrada de okupas en un edificio de la calle Magdalena, concretamente el número 133. El inmueble, abandonado hace mucho tiempo, cuenta con dos puertas: una que da acceso a un antiguo comercio de electricidad, metálica, y otra de madera para acceder a las viviendas superiores.
Los vecinos llamaron a la policía al advertir que en el interior de este inmueble estaban residiendo personas de forma ilegal. Los agentes acudieron al inmueble y confirmaron tras acceder al interior que allí podría estar durmiendo alguna persona, pero al no encontrarse en ese momento, alegaron que no podían hacer nada más.
El edificio, en el que Urbanismo ya intervino con anterioridad derribando un par de muros para evitar peligros, es de madera por dentro, por lo que los vecinos temen que los okupas que pasen ahí la noche puedan encender un fuego para calentarse y producirse un incendio, por lo que exigen al Concello que actúe para evitar esta situación.