Hablan de abandono y atribuyen el estado que presenta, a partes iguales, a una deficiente gestión de los servicios y al incivismo de una parte de la población.
Se refieren, fundamentalmente, al mal estado de los parterres y tiestos, y a la proliferación de excrementos de perros y colillas en las calles.
Y puntualizan que la limpieza viaria no es tan buena como debiera, como lo evidencia el hecho de que en algunas calles y aceras incluso crece la hierba en las juntas de los adoquines y losetas.
En cuanto a los parques y jardines, denuncian el aspecto descuidado que presentan en su mayoría, además de ser escasos.
Ambos servicios, el de limpieza viaria y el de mantenimiento de zonas verdes, se encuentran sin contrato desde hace tiempo, cuestión que puede influir en el resultado final del trabajo que realizan los operarios de la empresa Urbaser, porque las necesidades de la ciudad aumentan, pero los presupuestos siguen siendo los mismos, con una maquinaria que se deteriora.
El hecho de mantenerlos sin contrato implica, además, que el abono de las facturas tenga que realizarse a través de reconocimientos extrajudiciales de crédito, que no siempre salen adelante en el pleno, por tratarse de un procedimiento excepcional.
Por su parte, el servicio de mantenimiento de jardines y zonas verdes que presta la unión temporal de empresas San José-El Ejidillo también lleva un año y medio sin contrato.
No obstante, en diciembre del 2018, la empresa accedió a la solicitud del gobierno local de repoblar los espacios ajardinados con 20.000 ejemplares de las especies pensamiento, viola y ciclamen. Y esos son los que, seis meses después, siguen adornando algunos jardines de la ciudad, con poca vida y entre hierbajos que casi los tapan, mientras que en otras zonas ya solo queda la tierra al aire, aunque hay quien prefiere tener algo de verde que nada.