El hombre, comandante de la Brilat, cayó desplomado y de inmediato comenzó a recibir las primeras asistencias sanitarias, ya que en el propio terreno de juego había hasta tres médicos, reclamando de inmediato también la presencia en el lugar de una ambulancia del 061-Urxencias Sanitarias, que en menos de diez minutos estaba en el lugar.
A pesar de todas las tareas de reanimación practicadas los profesionales sanitarios nada pudieron hacer por salvar la vida de este militar de profesión y aficionado al rugby.
Incluso los equipos de emergencia acudieron al pabellón de A Malata en busca de un desfibrilador, al apuntar varios de los espectadores la existencia allí de una unidad, pero al parece las instalaciones municipales carecen de este dispositivo, o al menos los que allí acudieron no lo encontraron.
Posteriormente se presentó en el lugar una comisión judicial que autorizó el levantamiento del cadáver y su traslado al Hospital Naval en donde en la mañana de este domingo está previsto que se le practique la autopsia.
Después de este trágico suceso, el Concello ha ordenado la compra e instalación de dos desfibriladores para las instalaciones deportivas ubicadas en esta zona.
El alcalde, Ángel Mato, solicitó a los técnicos del Concello que dispusieran lo antes posible la colocación de un desfibrilador tanto en el pabellón como en las pistas de A Malata recordando, no obstante, que la normativa pública no exige este equipamiento.