El imputado fue interceptado en diciembre de 2017 por la Policía Local cuando portaba en el interior de un bolsillo de su cazadora, dentro de un calcetín, bolsitas de cocaína.
Los agentes también le decomisaron un mechero y un cuchillo de cocina.
El tribunal considera acreditado que el sospechoso tenía en su poder esta sustancia con la finalidad de destinarla a la venta a terceros, así como que los 80 euros en efectivo que llevaba provenían de la actividad ilícita.
Descarta que la posesión estuviese destinada al autoconsumo por la cantidad y variedad de las cantidades incautadas, además de por otros elementos.
En cualquier caso, en la individualización de las penas se han tenido en cuenta circunstancias personales, falta de estabilidad laboral, edad y ausencia de antecedentes penales, junto a los fines de prevención de la pena, lo que llevó a imponer la pena en el mínimo legal.