Para ello, se prevé que la empresa adjudicataria de los trabajos desaloje los locales comerciales que ocupaban el subsuelo de este recinto.
En su interior, todavía quedan abundantes restos de los negocios que allí operaron y para recogerlos se utilizarán unos grandes contenedores naranja de obra para acopiar ese material y proceder a su traslado para su gestión.
Una vez despejados esos espacios, las máquinas volverán a la plaza para demoler la franja frontal que todavía permanece en pie en paralelo a la calle Real, derribando las escaleras y los muros.
Las vallas que acordonan el perímetro de la obra han estrechado en los últimos días un poco más el espacio habilitado para el paso de los viandantes por el frente de la plaza.