Esta colaboración parte de la necesidad de adaptar la acción a las realidades presentes en la diócesis, siendo la trata una de ellas, marcada por la extrema vulnerabilidad y fragilidad en la que se encuentran las personas que la sufren.
Por ello consideran esencial visibilizar que el máximo exponente de la trata a nivel global, sin menospreciar otras formas de esta terrible actividad, es la que se realiza con fines de explotación sexual, siendo la que mayoritariamente afecta a mujeres y niñas. Al igual que no se puede obviar que la existencia de la prostitución es la base de cultivo de la trata con fines de explotación sexual.
Durante el 2022, a través de los diferentes programas que desarrolló Cáritas, acompañaron un total de 298 personas en situación de prostitución: 272 mujeres, 21 mujeres transexuales y 5 hombres. 61 de ellas presentaban indicadores de ser víctimas de trata con fines de explotación sexual y 3 están formalmente reconocidas como víctimas de trata..
Por ello, explican que estos datos constatan la necesidad de aunar fuerzas y actuar de forma coordinada, con una entidad como Oblatas con amplia experiencia en el acompañamiento a víctimas de trata con fines de explotación sexual. Para ello hemos trazado cuatro ejes de trabajo: Cobertura de necesidades básicas de emergencia de víctimas, alojamiento y acompañamiento social en viviendas de tránsito a la vida autónoma, Formación y la realización de acciones de sensibilización.