Para los nacionalistas, las respuestas obtenidas por parte de los socialistas a los problemas propuestos por el BNG, tanto en el debate de investidura como en las conversaciones anteriores y posteriores, impiden que el partido liderado por Iván Rivas pueda integrarse en el próximo gobierno local.
Una de las razones que esgrimen para llegar a esta conclusión es que no pueden formar parte de un ejecutivo que pretende obligarle a pagar a los vecinos los 5 millones de euros de Emafesa, que van desde 2015 hasta marzo de 2017, por la gestión de una depuradora que no funcionaba.
También no contemplan que la recogida de la basura, el contrato más caro de la ciudad, continúe a ser escenario de trasnacionales.
Para continuar en esta tónica, consideran que el Plan para el Sánchez Aguilera y el convenio con Defensa responde más a un modelo especulativo de la burbuja inmobiliaria que a las necesidades de los ferrolanos.
EL BNG finaliza con la convicción de no aceptar que, en este mes de agosto, se deje pasar la oportunidad de iniciar el camino para la creación de una empresa pública de transporte para mejorar el servicio o que el proceso de peatonalización del barrio de A Magdalena.
En Bloque quiere dejar claro que estarían en disposición de aceptar posicionamientos opuestos a sus criterios si con eso se llevara adelante alguna alternativa para la ciudad pero, aseguran, que el resultado de las conversaciones mantenidas les dejan poco margen de maniobra
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