Según Cáritas, la actual situación inflacionista, tiene como consecuencia directa el crecimiento del coste de la cesta de la compra y de la vida de las familias trabajadoras. Este contexto “es también una amenaza para el empleo que sigue tensionado por el impacto de la pandemia”.
También detallan en un comunicado que “todavía hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un empleo de calidad” y que “el alto paro estructural y el empleo precario aqueja a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes”.
|